Crossroads no es otra cosa que la versión blusera de una leyenda universal, la historia del hombre que vende su alma al diablo para conseguir algo y perder todo. También es una metáfora, la encrucijada que obliga a decidir qué camino tomar. El folklore del mundo está lleno de este tipo de leyendas y el concepto está muy adentrado en la cultura afroamericana, ligada al vudú y a la magia
Crossroads Blues, el tema que Robert Johnson escribió en los años ’20, es de los mejores ejemplos y su leyenda aún perdura ya que son muchos los que creen que la canción es, en realidad, parte del trato que hizo el mismo Johnson cuando vendió su alma a cambio de conseguir habilidades extraordinarias para tocar la guitarra
La historia see ha extendido tanto que se habla del cruce de la autopistas 49 y 61 en Clarksdale, Mississippi como el sitio donde muchos otros músicos vendieron sus almas.
Tommy Johnson otro blusero de la época decía: “Si quieres aprender a escribir canciones, toma tu guitarra y ve hasta allí, detente y espera. Asegurate de estar un poco antes de la medianoche. Comienza a tocar. Un hombre negro aparecerá caminando hacia ti, tomará tu guitarra y cantará. Luego, te la devolverá. Eso es todo, esa es la forma en que aprendí a tocar.“
La leyenda está allí para quien la crea aunque sería más justo hablar de los miedos reales que significan para un hombre negro, toparse con un blanco a la medianoche, en medio de algún lugar solitario en épocas en que los linchamientos eran algo demasiado común.
De todas formas, Robert Johnson pagó el precio real o ficticio.
Considerado el mejor intérprete de blues de su tiempo, sólo logró grabar 29 canciones en una habitación de hotel y falleció dos años después, en 1938, a los veintitantos años, envenenado por un marido celoso.
Aquí tienes la partitura y el acompañamiento. Ánimo.